Los microestados muestran cómo el mundo puede llegar a ser un poco mejor en el siglo 21. Es una comunidad experimental de autoarranque, de autoorganización, que ofrece el margen de evaluación y la posibilidad de crecimiento personal a cualquier persona.

No acosa en los límites y no intenta a establecer el control total. El microestado nos plantea una pregunta sobre si necesitamos el territorio en total, si necesitamos la tierra para crear una nación.

Sería bastante mejor que la gente no tenga las formas territoriales de existencia como estado, que cree otras formas de solidaridad basadas sobre las ideas y valores compartidos. La Internet permite a la gente comunicarse con las personas que piensan igualmente, y formar sus asociaciones y formas de administración o gobierno.